Aldo Manucio (1449-1515)

Aldo Manucio fue un impresor italiano. Una de sus mayores ambiciones fue lograr evitar que las obras de la literatura griega cayesen en el olvido, por lo que se convirtió en su principal proyecto editorial. Escogió Venecia como lugar para establecer su imprenta, (labor en la que contribuyó economicamente el príncipe de Carpi) la cual recibió el nombre de Aldina. Una vez instalado, Aldo, se rodeó de un equipo de estudiosos griegos y componedores de texto o cajistas a los cuales se les indicaba las instrucciones en griego ya que este era el idioma que utilizaban.
Los ciudadanos griegos de la isla de Creta revisaron manuscritos, leyeron pruebas de impresión y le dieron a Manucio modelos de caligrafía griega para fundir tipos de este alfabeto. Sin contar a los artesanos empleados en las labores de su taller, Manucio mantuvo por lo menos a treinta de estos asistentes griegos dentro de su familia.
Posteriormente y debido a los problemas que acontecían en Italia Manucio se vio obligado a detener su trabajo, trabajo que retomó en 1508 con una edición de los oradores griegos.
El entusiasmo de Manucio por la literatura griega salió de su imprenta. Ganó el reconocimiento de los estudiosos contemporáneos, así como la de sus compañeros de trabajo. Para promocionar los estudios de griego, fundó una academia de helenistas en 1500, con el nombre de La Nueva Academia.
En 1501 creó la tipografía denominada bastardilla para que le permitiera fabricar los libros en formatos más pequeños que las ediciones en libros en folio. Para ello usó esta tipografía, consiguiendo ahorrar espacio sin perder legibilidad. No obstante hay dudas sobre si realmente fue él el creador de esta tipografía cabiendo la posibilidad de que el verdadero creador fuera su ayudante Francesco Griffo. Sea como fuere ya en 1501 existió una idea que se asemeja a lo que en la actualidad conocemos como libros de bolsillo.
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